Prepárense para una receta que los hará delirar, ¡las cookies rellenas más espectaculares que probarán en su vida! Olvídate de esas galletas aburridas y prepárate para un interior que te hará suspirar.
Vamos a transformar la cocina en un paraíso de sabores con estas galletas que son como un abrazo cálido y dulce. ¡Manos a la obra!
Ingredientes
120 gramos de mantequilla sin sal a temperatura ambiente
100 gramos de azúcar blanca
100 gramos de azúcar morena
1 huevo grande
1 cucharadita de extracto de vainilla
250 gramos de harina de trigo todo uso
1 cucharadita de bicarbonato de sodio
1 pizca de sal
150 gramos de chispas de chocolate
80 gramos de tu relleno favorito (Nutella, crema de cacahuete, dulce de leche, etc.)
Instrucciones
Prepara el relleno: Lo primero es lo primero. Con una cuchara pequeña, haz 12 bolitas de tu relleno favorito y colócalas en una bandeja con papel de horno. Llévalas al congelador por al menos 30 minutos. Este paso es clave para que el relleno no se desborde al hornear.
Bate la mantequilla y los azúcares: En un bol grande, bate la mantequilla con los azúcares hasta obtener una mezcla suave y cremosa. Esto le dará a tus galletas esa textura increíble que tanto amamos.
Añade el huevo y la vainilla: Incorpora el huevo y el extracto de vainilla. Bate bien hasta que todo esté integrado y la mezcla se vea homogénea.
Combina los ingredientes secos: En otro bol, tamiza la harina con el bicarbonato de sodio y la sal. Mezcla bien.
Une todo: Poco a poco, añade la mezcla de harina a la de la mantequilla. Bate a velocidad baja hasta que se integren, ¡no batas de más! Luego, con una espátula, incorpora las chispas de chocolate.
Forma las galletas: Toma una porción de masa (aproximadamente 2 cucharadas) y aplánala en tu mano. Coloca una bolita de tu relleno congelado en el centro y cubre completamente con la masa. Asegúrate de que no haya ninguna grieta para que el relleno no se escape.
¡Al horno!: Coloca las galletas en una bandeja con papel de horno, dejando suficiente espacio entre ellas. Hornea en el horno precalentado a 180°C (350°F) por unos 10-12 minutos, o hasta que los bordes estén dorados. El centro se verá un poco suave, ¡pero se endurecerá al enfriarse!
El toque final: Saca las galletas del horno y déjalas enfriar en la bandeja por unos minutos antes de pasarlas a una rejilla. Esto es fundamental para que mantengan su forma.
Y ahora sí... ¡prepárense para la explosión de sabor que esconde el interior de estas maravillas! Corta una por la mitad y comparte la foto conmigo en las redes. A disfrutar